miércoles, 11 de agosto de 2010

sobre el gallinero

Hablaba la otra noche con Cecilio sobre mil y un cosas diferentes, estupideces mayormente, estupideces el noventa y nueve, no, digamos el noventa y cinco por ciento del tiempo; De los arreglos que quiere hacer en el gallinero para que las gallinas por fin dejen de escapársele, del alimento que prefieren las gallinas (sostiene que las gallinas prefieren el maní al maíz, que para ellas < las gallinas > , la diferencia es la misma que sentiríamos nosotros entre un chocolate bueno y ese chocolate que a veces se usa para hacer huevos de pascua, un chocolate que de chocolate tiene solo el color porque ni la consistencia ni el sabor ni el olor es de chocolate y al masticarlo se transforma en una masa imposible de masticar, chicleante e insípida que tenemos que tragar con esfuerzo o escupir con ganas) La yema de los huevos de la gallina manicera es infinitamente mejor que la de la gallina maicera – afirma con contundencia – la carne también y se nota la diferencia en el caldo – confirma y es imposible llevarle la contraria – Es simple, si las gallinas prefieren el maní y les das maní, ellas están más felices y se estresan menos, la carne no se pone dura, los huevos salen con más facilidad, imaginate si te dieran de comer toda tu vida ese chocolate asqueroso de los huevos de pascua truchos, te querrias matar a la primera oportunidad - finaliza.
Yo siempre quedo descolgado y tengo que hacer funcionar la marola a mil por hora para intentar responder a estas verdaderas lecciones de sabiduría que imparte. Aquella vez lo único que se me ocurrió fue ofrecerme a traerle algunas bolsas de tamaño familiar de maní, supuse que en algunos de esos mayoristas de la avenida Chile deberían tener, pero pareció enfadarse cuando se lo comenté
- ¡Sabés lo que cuesta el kilo de maní!? ¡Te arrancan la cabeza estos hijos de puta!!

Allí se me ocurrió una salida muy graciosa que al día de hoy me arrepiento de haber tomado.

- Menos mal que no crías elefantes – dije, es hartamente conocida (gracias a los dibujos animados sobre todo) la predilección de los elefantes por el maní y sus desastrosas consecuencias para quien se ocupa de mantenerlos (ya sea un ratoncito con uniforme de circo u Homero Simpson)
Supongo que me quedé mirándolo con cara de idiota alegre. El por su parte me miraba pensando que efectivamente era un idiota. Un segundo después ví como volaba su chancleta con dirección a mi cabeza (menos mal que soy idiota pero tengo reflejos )
entonces decidí que quizás era hora de terminar con mi visita (Cecilio no tolera mucho tiempo a la gente y no se tolera mucho a sí mismo, la combinación es potencialmente devastadora)
Antes de marcharme le dije que había leído todo el libro y que ahora lo estaba releyendo para terminar de comprenderlo bien (aunque para mí mismo me dije que en realidad era para empezar a comprenderlo mínimamente ) Yo sé que el lo supo y por eso me dijo (después de cambiar su gesto de “hostil” a “conciliador”) que la próxima vez que lo visitara hablaríamos sobre los cuentos y que si quería preguntarme algo no tendría ningun problema en contestarme.
Mientras bajaba a la quebrada(estaba oscureciendo ya) a buscar el auto pensé en lo bien que me sentaría una cervecita bien fría y unos manicitos a juego...

1 comentario:

  1. Efectivamente mi estimado ese pseudo chocolate, no es mas que aceite vegetal hidrogenado con saborizantes de vainilla y azucar, veneno si se quiere para nosotros y un placer de las animas en pena, corporizadas en la cavidad bucal de las personas, comunmente conocidas como caries....en fin la verdad es que a mi tambien me dio ganas de tomar una fresca...

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